Vladimir de la Torre
Golpe de Timón
Vladimir de la Torre Morín
Licenciado en Filosofía y Letras, y master en Comunicación Social por la Universidad de La Habana. Periodista de la Agencia Prensa Latina. Colaborador de diarios de Nicaragua, El Salvador, Chile y Argentina. Investigador para Unicef en España, Jamaica, Inglaterra, Emiratos Árabes Unidos, Italia, y Qatar. Productor y conductor de Telesur.
@delatorremorin

Decisiones

Voces, Lunes 15 abril, 2013 a las 12:55 pm

EL PREMIO. La generada polémica por la decisión de entregar el “Premio Campeche” a Roberto Hernández Ramírez está hueca, falta de argumentos y de sustancia. Los que se oponen están en su derecho de oponerse pero ningún argumento esgrimido en contra se presenta con la fuerza que motive si quiera reconsiderar la decisión.

El argumento de la izquierda está sustentado por el llevado y traído argumento, presentado hasta el cansancio, de que “todos los poderosos y cuellos blancos” son unos rateros y por consiguiente deben estar tras las rejas, no gozando de su libertad y menos recibir un reconocimiento. En su libro “La Mafia en el Poder”, Andrés Manuel López Obrador dejó clara su postura sobre la opinión que le merecen estos personajes. Bajo el criterio de su líder, la reacción de la izquierda ante la decisión del premio es natural y entendible.

Todo premio es polémico, y este, que es la mayor distinción que entregará por primera vez el Gobierno del Estado a un personaje campechano, mexicano o extranjero, tiene todos los ingredientes para no pasar desapercibido. ¿Por qué? Porque lo recibirá un miembro del Comité Internacional de Asesoría del Federal Reserve Bank of New York. Que además es miembro del Consejo de Administración de Citigroup, Grupo Financiero Banamex, Grupo Televisa, Ingenieros Asociados (ICA), Gruma y CIE. Que además forma parte de instituciones como el Museo Nacional de Arte, del World Monuments Fund de la Universidad de Cambridge, del Advisory Board of the Judge Institute of Management, del Nature Conservacy Board, David Rockefeller Center para América Latina, del Centro de estudios de Harvard para Latinoamérica y encima invirtió en Campeche.

¿Hoteles? Sí, invirtió en hoteles que han traído al estado docenas de figuras de relevancia mundial. Hoteles que por sus condiciones y servicios están considerados entre los mejores de México y han ganado varios premios internacionales y en lo que trabajan docenas de campechanos. Pero eso no importa ¿verdad? ¿Es mejor reducir todo a gritar que es corrupto o ratero? Cada quién ve lo que quiere, y cada quién da lo que tiene.

VALE ORO. Más se tardarán en autorizar la captura del pepino de mar para fines comerciales a que inicie la batalla por los territorios. La Secretaria de Pesca hace estudios en 140 puntos del litoral campechano con el fin de que la extracción con fines comerciales se lleve al cabo de manera ordenada, respetando los puntos de referencia en los que se podría autorizar su captura. La intención es no permitir la captura donde un banco no tenga al menos 3 mil toneladas de pepino.

Más se tardará en autorizar a que entren al estado quienes controlan la comercialización de este producto en el mundo, la temida mafia China a través de uno de sus brazos ejecutores, los “Snakeheads” (Cabezas de Serpiente). El pepino de mar de la Península es pagado en Beijing a 220 mil dólares la tonelada. Unas 80 familias en Yucatán, donde se permite su captura solo cuatro semanas al año desde hace tres años, han perdido un familiar víctima de los conflictos de intereses entre los grupos de pescadores locales que ya se enfrentan como bandas del crimen organizado respondiendo a las órdenes de cabecillas chinos y de otros países asiáticos.

El pepino de mar es el nuevo capricho de los millonarios chinos. En restaurantes de lujo un solo ejemplar llega a venderse al equivalente de 2 mil pesos mexicanos. Según un documental de la televisión china, solo el restaurante “Fengzeyuan” de Beijing ganó en un año dos millones de dólares por su codiciado estofado de pepino y cebolla. Además es discutido por grandes empresas farmacéuticas asiáticas para la producción de medicamentos por sus capacidades curativas de problemas renales, hepáticos, de debilidad de la sangre, incontinencia urinaria, estreñimiento e impotencia.

Las fuentes tradicionales de pepino para China se han agotado. El descenso de la captura en costas de Indonesia y Filipinas ha hecho que los consumidores busquen otros mercados de abastecimiento. El inofensivo molusco puede convertirse en la respuesta económica a muchas familias de pescadores que intentan mejorar sus condiciones de vida, y tienen el derecho de intentarlo. El tema no solo pasa por el equilibrio ambiental y de las épocas de capturas y vedas y de lo que hay en el fondo del mar, también es muy importante lo que suceda aquí en la tierra.

El tema es económico, ambiental y de seguridad. Hace un año en Yucatán un comando armado, cumpliendo órdenes de la mafia China robó 15 toneladas de pepino que estaban guardados en una congeladora.

Retenes marítimos constantes, inspectores federales de Inapesca, autoridades locales en Yucatán e Infantes de Marina armados intentan evitar que se deprede el nuevo “oro” del mar. Lo han reconocido, el precio que se ha tenido que pagar es demasiado caro. ¿Estamos preparados para esto? Si está respondida la pregunta, que se tome la decisión.

ACLARACIÓN: En la columna del pasado miércoles cometí un error al hacer un cálculo equivocado sobre la cantidad de boletos de avión que el Congreso del Estado podía adquirir con 5 millones de pesos. El error matemático distorsionó editorialmente el uso que hice de esta información. Una disculpa a los lectores de este espacio y a los implicados con lo que asumo enteramente la responsabilidad del hecho. Desde este espacio defiendo la importancia de la veracidad periodística con la misma fuerza con la que se debe enmendar un error si éste altera de alguna manera el uso de la información y la verdad.