LA VISITA. La decisión estaba tomada. Aprovechando una gira de trabajo por México, el gobernador del Estado, Fernando Ortega Bernés, tenía previsto hacer una breve parada para resolver un pendiente. Ortega Bernés llegó al penthouse ubicado en la calle Galileo número 7, esquina con Campos Elíseos, en Polanco. Lo esperaba Elba Esther Gordillo. La líder magisterial se oponía al cambio del secretario de Educación, Francisco Ortiz Betancourt. En sexenios anteriores también se había opuesto; era, como en todos los estados del país, su cuota. Ortega no fue a consultar, fue a notificar que el cambio era eminente.
El ex secretario de Educación de Campeche, del 16 de septiembre de 1997 al 13 de agosto de 1999, hoy en su condición de gobernador del estado, estaba consciente que se enfrentaba a la mujer más poderosa de México. En busca de mejorar resultados y por encima de los intereses de Gordillo, Ortega nombró a José Martín Farías Maldonado. Hay compromisos que no pueden ser eternos. Nueva Alianza selló con el PRI en 2009 una alianza partidista, en una reunión privada en la hacienda Uayamón, para impulsar la candidatura de Fernando Ortega a la gubernatura. El pago a esa alianza estaba saldado.
Con Elba Esther o sobre ella, los índices educativos en el estado no empeoraron pero tampoco crecieron lo necesario. Farías Maldonado tiene la capacidad para demostrar -porque lo hizo antes en Calkiní- que estará más cerca de José Vasconcelos que de Elba Esther Gordillo. Mucha piedra ha picado desde aquellos lejanos años 80 cuando era secretario en la entonces Universidad del Sudeste, en los tiempos de rectoría de Don Humberto Lanz Cárdenas.
QUINTA VEZ. El presidente electo, Enrique Peña Nieto, tampoco pudo. Se suma a lista y ocupa la quinta plaza, en gobernar con Elba Esther, después de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón. En su discurso del sábado, Gordillo mandó un mensaje cifrado a Calderón, “primero me necesitas, ahora me rechazas”, y otro a Peña, “no me voy a arrodillar ante ningún gobierno”. Peña Nieto entra perdiendo, no pudo en la “práctica política” negociar el retiro de Elba Esther, ni el de Carlos Romero Deschamps. Ellos se quedarán ahí porque así, por decisión unipersonal, lo decidió el entonces presidente, Carlos Salinas en su sexenio. Lo peor es que ahora Peña Nieto no quiere ni hablar sobre la reforma educativa que pretendía impulsar. Cada uno de los presidentes han sido cómplices del poder de Gordillo por subordinar una y otra vez el apoyo electoral que reciben del sindicato, a una modernización educativa por la que el SNTE ha recibido en los últimos cuatro sexenios 80 mil millones de pesos que se suman a 13 mil millones de cuotas sindicales. Fernando ya pintó su raya.
EL VIAJE. A Campeche llegaron el miércoles varios políticos, ex funcionarios y algunos empresarios, la mayoría acompañados de sus esposas. Un viaje a título personal que sumaban 12 personas registradas en el hotel Don Gustavo de la calle 59. La delegación la encabezaban el ex secretario de Hacienda, y ex embajador, Jesús Silva Herzog Flores; Alfredo Phillips Olmedo, ex subdirector del Banco de México, ex director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional y ex director general del Banco Nacional de Comercio Exterior; y también el ex secretario de Hacienda, David Ibarra Muñoz.
Tras cumplir con varias actividades de agenda en la ciudad, el sábado a las 6 am partieron en un recorrido de 4 horas para visitar la zona arqueológica de Calakmul. Allí donde la tierra parece ser de todos y de nadie.
Aparece a unos 40 km de la zona una primera pluma, una persona les comunica que el autobús no podía pasar, ni la camioneta que los guiaba. Que para poder seguir paso debían rentar al menos 2 de las 4 camionetas, marca Toyota, del año, sin logotipos allí estacionadas, además de pagar 120 pesos por persona. El promedio de edad de la delegación, contando a las esposas, era de aproximadamente 73 años. Descendieron del autobús, pagaron, nadie les entregó un recinto de pago. La camioneta que trasladaba aguas y refrescos logró pasar tras abonar 500 pesos al encargado del ejido. Kilómetros más adelante los vuelven a detener, otra pluma improvisada les cobraba unos 50 pesos por persona por estar en la biósfera de Calakmul, nadie les entregó un recibo. Kilómetros más cerca de la pirámide, otra parada para pagar 35 pesos por persona que cobra el INAH.
En ninguna de las tres paradas había un cartel que exhibiera precios, y allá poco se sabe de dar recibos a los visitantes. Nadie a ciencia cierta supo por qué pagaron, ni a dónde se destinaba el dinero, mucho menos se sabe quién es el dueño de las 4 camionetas Toyota que a fuerza hay que rentar para pasar. Peculiar manera de soñar despierto.
EL CUENTO
Había una vez un(a) funcionario(a) municipal de la pasada administración que le dijo a dos empresarios:
-Vean cómo le hacen, pero a mí al menos tienen que darme de eso 2 millones de pesos.
¡Plop!
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