Las mentadas, la guerra y la intentona

MENTADA. Con todas sus letras el gobernador Fernando Ortega lo expresó: “Prefiero las mentadas de madre de la población por las afectaciones del megadrenaje que no hacer obras que garanticen su protección ante la llegada de fenómenos naturales”. Si alguien aprendió a tolerar las mentadas ha sido Ortega. Cuando se construyó  el drenaje de La Ría, las recibió una y mil veces.

Había sido, después de la construcción del nuevo Malecón, la obra en esta capital que había provocado más malestar en la población, en los vecinos, y los conductores que usaban esa arteria. Fue hace diez años, lo cierto es que hasta ahora, los vecinos de La Ría no han vuelto a enfrentar las afectaciones que vivían entonces.

Los mismos que apostaban al fracaso de La Ría, son los mismos que apuestan una década después al fracaso del megadrenaje. Hay una sombra de desacreditar por desacreditar, de tirar al lodo, todo lo que hace por el beneficio de una ciudad y un estado que ha tenido que esperar y sigue esperando a encontrar varias soluciones a sus problemas básicos.

El megadrenaje ha provocado todo tipo de reacciones, es natural; Ortega no es inocente, sabía el riesgo que implicaba una obra de esa magnitud, y aun así decidió hacerla. Aún no está concluida, falta y urge, el proyecto de señalización y alumbrado público a lo largo de todo el drenaje, ya fue anunciado, pero para todos los que transitamos ese circuito ya pasó la peor parte. Ahora la peor parte la llevan el gobernador, las constructoras y los ingenieros, el megadrenaje tiene que pasar la prueba. Desenvainar la espada para descuartizar el proyecto es adelantado, irresponsable, amarillista y barato.

A Fernando Ortega se le tienen que cuestionar muchas cosas a lo largo de estos casi cinco años, habría muchas preguntas que hacerle respecto a decisiones trascendentales que han marcado su sexenio, pero si alguna decisión fue la acertada fue la de construir los drenajes que garantizan que miles de campechanos no tengan el agua al cuello. Habrá que dejar que el tiempo pase, y que esas historias sexenales que se encadenan unas a otras lo pongan en la justa dimensión de lo que hizo en este momento. Mientras me voy quedando, en lo que responde las preguntas, que no he vuelto a escuchar un grito de los vecinos de La Ría, ni un llamado de auxilio de los habitantes de Presidentes de México. Allí donde viven miles de familia, en el Campeche real.

LA GUERRA. “Todos somos enemigos, todos estamos pendejos, somos estúpidos, estamos comprados, todos somos aplastados por el poder, todos estamos equivocados y ninguno de nosotros sirve para nada”. Esa es la lógica, esa es la perspectiva, esa parece ser la idea que quieren que prevalezca. A todos hay que destruir, quien respire con independencia, con objetividad, con imparcialidad, tiene y tendrá que ser aniquilado. No pueden existir proyectos similares, no puede existir nada que haga sombra, y si los métodos tradicionales no son efectivos, la desesperación los lleva a usar otros nombres de periódicos para hacer y decir lo que ya nadie lee en los suyos. Por eso se distribuyó una versión falsa de La Opinión. Hay que usar lo que trasciende, lo que verdaderamente impacta para hacer llegar los mensajes.

La polarización no ayuda, pero el discurso, “O estás conmigo o contra mí”, empobrece, no hay espacios a términos medios, no hay posturas matizadas. No hay plazo que no se cumpla, y el de la elección de candidatos no será la excepción. Ni los hombres que aspiran son santos, ni las mujeres son versiones de la virgen María. Nadie ha llegado muy lejos dividiendo, Campeche, aún hoy, es mucho más débil que el Imperio Romano y aquél cayó en pedazos cuando Odoacro creyó que podía enfrentarse solo al Senado, a los consejeros, al emperador Rómulo Augusto y a una parte de los romanos.

Nadie ha salido nunca desarmado a una guerra, cada uno elegirá sus armas para defender lo que cree, y eso está bien. Cada uno utilizará las estrategias que les funcionan, y cada quién tendrá que responder por sus actos. Hacerlo con el hígado, nunca trajo buena suerte. Al tiempo.

PIRATAS. Sucedió lo inaplazable, la renuncia de Enrique Rosado fue a destiempo pero ya fue. La decisión se tomará hoy. La propuesta que está sobre la mesa es la de Jorge Carlos Hurtado, director del Indecam. Error el de Hurtado si hace a un lado su trabajo en Indecam.  Considerado el mejor director de esa institución deportiva, debe apostar a quedarse con todo, e integrar así bajo un solo mando las actividades deportivas del Estado. Hurtado no tiene experiencia en dirigir un equipo, pero tampoco la tenía en dirigir el Indecam y ahí están los resultados. Al menos se gana en algo, nadie mejor para entender el deporte que un deportista y ese es el caso. Error sería estar desvistiendo santos con medallas para vestir a santos piratas.

EL INTENTO. La intentona por sustituir al Secretario del Ayuntamiento, Carlos Moreno, fue un autosuicidio. ¿Bajo qué argumentos? “Que no convocó a tiempo para cabildear el préstamo de los 140 millones que solicitó el ayuntamiento”, fue un suicidio porque los mismos regidores de la oposición que pidieron su sustitución fueron los mismos que votaron a favor de solicitarlo. ¿Falta de congruencia o creyeron que les pagarían el favor de su voto?  Así no es, o así no debe de ser, y lo saben, finalmente votar a favor o en contra de las iniciativas que presenta el cabildo es su trabajo, para eso están ahí. Mal haría quien en busca de unanimidades compre conciencias, porque en estos tiempos, nada es más obscuro que la unanimidad.

REPERTORIO.

-Encerrona se dio este domingo la alta directiva del PAN en una propiedad de la Av. Resurgimiento. Las estrategias a seguir fueron el plato fuerte.

-El Presidente del Consejo de Promotora Artística y Deportiva de Campeche, Gabriel Escalante, se enteró de la renuncia de Enrique Rosado por teléfono, porque estaba fuera de la ciudad.

-No sé a quién pero agradezco de todas formas aparecer en una lista de cuatro personas, que fuimos entrevistados en Campeche por la Presidencia de la República como “líder de opinión”, no me dijeron los otros tres nombres, solo que el que seguía después de mí era un empresario. Me preguntaron del gobierno, local y nacional, de las reformas y de las elecciones. Me prometieron honestidad y eso hice. Lo grabaron, por si alguien tiene curiosidad.