¿Melón o Sandía?

-¡¡¡Reportero, reportero!!! ¿Ya sabes quién va?

-Eres hombre de poca fe, Manuel. Ves que hay certeza, que un candidato les dice todos los días que él es el bueno, ¿y tú sigues dudando?

-Sé serio, reportero.

-Eso creo, amigo, que hay que ser serios y precisamente por eso no me atrevo a decirte quién va y quién no. Lo que sí sé es qué no necesitamos en Campeche y eso está  claro.

-Bueno, periodista, eso no creo que sea difícil porque todos tenemos claro qué no queremos: no queremos gente que pueda agredir a sus adversarios, que pueda dañarlos o tomar represalias. Gente que garantice que Campeche pueda seguir siendo la joya de la seguridad que hoy es y que esa prioridad sea una certeza.

-Claro, Manuel, esa es la aspiración lógica. Necesitamos certeza, esa es la clave. Si la gente que va a votar ve al candidato como alguien positivo, de propuestas, de cordialidad y de honestidad, la decisión no debe ser difícil.

-Mira, Campeche quizá no represente mucho electoralmente, pero desde el Centro no pueden vernos con displicencia. No lo merecemos porque le hemos aportado al país miles de millones de barriles e inyectado fortaleza económica al país.

-No me vengas a hablar, periodista, de la deuda histórica. Esa les vale, así nos lo han demostrado y cada vez han dejado más claro que para ellos no tiene importancia el tema. Sin embargo, tampoco hemos tenido un liderazgo que haya forzado a la Federación a vernos con otros ojos. Ya lo ves, todo el sur del país está en el abandono desde hace decenios y nada cambia aunque nos digan que hay avances.

-Manuel, amigo, es normal que en cada periodo y proceso sucesorio salgan a relucir temas que luego no son parte de la agenda del candidato. Hay que reconocerlo con pena, cada candidato ha llegado a resolver sus problemas, a imponer a sus amigos y cómplices y cuando terminan sólo se preocupan por guardarse la espalda y dejar a alguien que sea de su plena confianza para evitar cualquier problema posterior.

-Sólo a Salomón no le funcionó ese esquema, jajaja. Ya ves la traición de Tony y cómo se alió con los enemigos de ese su promotor para tratar de encarcelarlo.

-Sí, pero esa responsabilidad sólo es del propio Jorge. Si se equivocó y si nunca vio lo que sucedería con un bicho así, pues el error fue suyo porque había otros candidatos que bien pudieran haber llegado, después de todo hubo que hacer fraude para darle el triunfo a González.

-Ese es un ejemplo, amigo, de que las encuestas no lo son todo en una elección. Antonio estaba muy por encima de Layda y después de él el mejor posicionado por décimas abajo era Gabriel Escalante.

-¿Y tu amigo Carlos Sales?

-Él estaba abajo en las encuestas a pesar de que el presidente Zedillo lo quería de gobernador aquí.

-Ni una elección se parece a la otra.

-Eso está claro, y creo que en el Centro lo tienen también muy claro viendo cómo les cambió el panorama nacional en apenas tres meses.

-¿Entonces?

-Yo sostengo que debemos de ver cuántas mujeres salen para el proceso que viene. No sé si cuando tú y yo terminemos de platicar ya haya candidato, no lo puedo saber. Sin embargo, pareciera que las decisiones han cambiado y que en el viaje a Washington del presidente hubo un nuevo derrotero en particular para Campeche.

-No cambias tu posición.

-No, yo creo quien más habla del tema, más se promueve y más dice cosas que no son ciertas, pues es el que más desesperado está y así demuestra su falta de confianza. No es un error decir que quiere ser candidato, el error es asegurarlo sin saberlo e hilvanar anécdotas, referencias y hasta compromisos que son cosa del pasado.

-Mira, yo creo que las complicaciones de diciembre es lo que vemos ahora. Todo eso ha modificado el escenario y los expedientes, las historias personales y, sobre todo, las conductas, serán determinantes para definir al candidato. La fama pública es indispensable, pero así pensamos nosotros y no necesariamente los políticos.

-Pues falta poco para que sepamos. Nadie nos garantiza que nos va a gustar, pero ten por seguro que la mayoría se va tirar al suelo para que los pisen, como ha sido siempre.

-No te creas, amigo. No todos estamos dispuestos a eso. No es un tema de orgullo sino de dignidad y si el candidato no es el adecuado aquí lo diremos, si es el mejor, aquí lo comentaremos, pero no dejaremos de pensar como pensamos.

-Esperemos, aunque nadie te va a llamar por teléfono para decirte que eres el “bueno”.

-¿Y eso es malo? Yo no quiero ser ni juez de paz de Poc Boc.