El ‘progreso’ de Campeche

Style!, Domingo 2 febrero, 2014 a las 2:24 pm
Recorren obras. Imagen que data de 1962, frente al Hotel Baluartes y sobre la avenida 16 de Septiembre. Al centro, José Ortiz Ávila (de negro) y Lauro Ortega, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

Recorren obras. Imagen que data de 1962, frente al Hotel Baluartes y sobre la avenida 16 de Septiembre. Al centro, José Ortiz Ávila (de negro) y Lauro Ortega, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.

LUIS ÁNGEL RAMOS JUSTO
OFICINA DEL CRONISTA DE LA CIUDAD

A lo largo de la historia y del tiempo, la ciudad fue y es al mismo tiempo el  blanco de acción de los diferentes discursos y plataformas políticas que se han traducido en obras públicas y que, a fin de cuentas, marcan el paso de un gobernante.

Destruir, ampliar, remodelar y edificar novedosas construcciones en aras del progreso, es un discurso que siempre estuvo vigente en los programas sexenales gubernamentales a lo largo de todo el siglo XX.

Esta situación tuvo su clímax en el sexenio de José Ortiz Ávila, quien en pro de un ‘impulso modernizador’ acabó con la vieja ‘fachada’ de la ciudad. Por paradójico que sea, hoy el gobierno en turno le devuelve el golpe: recupera lo que derribó y derriba lo que construyó como el epítome de la modernidad y del progreso.

MOMENTOS DE CAMBIO

Al revisar las páginas de la historia local es posible identificar momentos claves que marcaron la pauta de desarrollo de los espacios públicos con los que hoy cuenta nuestra urbe.

De hecho, en la historiografía local  se pueden identificar tres momentos ‘modernizadores’ que intentaron hacer entrar a Campeche en la corriente progresista de la época.

El  primero de ellos fue implementado por el jefe político y comandante  militar, Francisco de Paula y Toro, quien en 1830 construyó varias importantes obras públicas que romperían con el viejo esquema colonial imperante.

El segundo frenesí modernizador fue guiado por Joaquín Baranda y los treinta años de gobernantes adeptos a la ideología Barandista, quienes cambiaron en definitiva el paisaje urbano con el chillar del tranvía, la destrucción de lienzos de muralla, y la proliferación de servicios básicos para la vida citadina.

El último impulso nacería en el  siglo XX, bajo el mandato del  general José Ortiz Ávila (1961-1967), quien como gobernante materializó nuevas construcciones a la par de ciudades latinoamericanas, en especial Brasil. (Programa Campeche-México en 1963, AGEC).

Así tuvieron su origen el Palacio de Gobierno, el recinto legislativo, el Parque Moch Cohuó; las plazas de las Américas,  de la República, de las Murallas; así como las fuentes de la Nacionalización Eléctrica,  del  Progreso y  de  los Pescadores. Esta última es el tema central de este artículo.

UNA ESTRUCTURA MODERNA

Toda ciudad, apunta el  filósofo e historiador  franco-polaco Bronislaw Baczko, “es una proyección de los imaginarios sociales sobre el espacio. Su organización espacial le otorga un lugar  privilegiado al poder de explotar la carga simbólica de las formas”(Zanker Paul, ‘Augusto y el poder de las imágenes’, 1992, pag.39).

En este sentido, con más de cuatro décadas de existencia en la ciudad, la Fuente del Progreso fue el  símbolo del movimiento progresista del  gobierno campechano.

Pero para entender las razones que hicieron posible su construcción es necesario situarnos a inicios de los años sesentas, cuando el gobernador en turno impulsó una  política de transformación  que pretendía visualizar a Campeche como una de urbe a la moda.

Para ello, era necesario romper con el viejo esquema colonial y anteponerle el estilo funcionalista, puesto de moda por la ciudad de Brasilia. Pero adecuar la capital campechana a este nuevo modelo implicaba un gran desafío, pues gran parte de los edificios construidos pertenecían a esta vertiente.

Entonces en el esmero por buscar un elemento innovador dentro del mismo esquema colonial, Ortiz Ávila visualizó una nueva ciudad  donde  el centro de la actividad citadina se trasladara a un punto central de fácil acceso para todos.

Para ello fue de suma importancia la construcción de la nueva sede de los Tres Poderes. Este moderno recinto se ubicaría fuera del área amurallada, donde “se pretendía lograr edificar un agrupamiento administrativo que facilitara los trámites al ciudadano e hiciera más eficiente las labores de los servicios públicos en Campeche”. (Miguel Messmacher, Campeche Análisis Ecónomico-Social,  1967. pag.291).

Para la complicada tarea, el gobierno estatal  concertó los serviciosprofesionales del arquitecto capitalino Joaquín Álvarez Ordóñez.

El  joven constructor y sus ayudantes iniciaron la edificación de la nueva cara de la ciudad a partir del segundo semestre de 1961.

A la par de las sedes administrativas, sobre el tramo del entonces llamado Circuito Baluartes, entre los baluartes de San Carlos y Santa Rosa, se edificó la monumental Fuente del Progreso.

Esta estructura, al igual que el resto de las obras de Ordóñez,  se realizó con un sistema de concreto armado, columnas de acero y varillas.

Aunque muchos de nosotros lo ignoremos, su peculiar fisonomía hace referencia a la ciudad amurallada. Tiene sus cuatro muros inclinados y remata en la almena. La utilización del elemento agua es la representación hacia el futuro en una espiral ascendente al progreso.

UN SITIO EN DECADENCIA

Por muchos años el monumento presentó problemas, pues debido a que desde su construcción nunca se dotó de un sistema de abastecimiento de agua, lo que ocasionó que desde los años ochentas tuviera que llenarse constantemente con pipas.

Tiempo después su mantenimiento costaba mucho al Ayuntamiento, pues debido a la problemática antes expresada, varias cuadrillas de trabajadores tenían que dedicarse constantemente a las labores de limpieza del monumento.

El curioso igenio del campechano también  hizo alarde de su picardía y por mucho tiempo apodaron a esa estructura como el cigüeñal, por su peculiar forma.

Pero con el tiempo las cosas cambian y con ello también el valor de los monumentos ubicados en el primer cuadro de la ciudad.

En este contexto, apenas el pasado martes las autoridades anunciaron el derrumbe de esa estructura ‘modernizadora’ de hace más de 50 años, para dar paso a la construcción del viejo trazado de los lienzos de muralla.

Hoy, la historia, cíclica, vuelve. Las magnas obras del general y licenciado José Ortiz Ávila no pasaron la prueba de la Historia. Su ‘impulso modernizador’, tan criticado en ese entonces e incluso ahora, hoy es derribado al revalorarse lo que ese gobernante decidió echar abajo.

La Fuente del Progreso es una prueba de que la Historia siempre regresa a juzgar nuestro pasado.

Fuente del progreso

 

Fuente del progreso 2

 

Construccion fuente del progreso

  • Kam

    Que pena que el general soñó con modernizar Campeche, abrirlo, hacerlo progresar y nuevamente se quieren encerrar entre murallas…murallas que ya no son las originales y no tienen por tanto ningun valor, estan malentendiendo el valor historico de una ciudad, se puede combinar lo moderno con lo antiguo,no hay mas que darse una vuelta por Madrid para verlo, vuelta que se dio su secretaria de turismo Vania Kelleher, pero claro, a gente ignorante no se le puede pedir que regrese con resultados y aporte aun mas de lo que pueda aprender de ahí. Penoso

  • Alicia

    Lo más penoso es que nos están robando nuestra ciudad para darnos una que nos es ajena. Ni siquiera su derribo, con todo y que fue una sentida demanda social de aquel entonces, fue tan radical y apresurado. Entre muchas otras cosas, nos quitarán la hermosa vista que, desde el Instituto Campechano, teníamos del mar, la palmera y San Carlos, verdadero festín de colores que ahora ya nadie disfrutará gracias a la ignorancia, la torpeza y sabrá Dios que más de nuestros mediocres gobernantes. Nos arrebatan nuestra ciudad para darnos una escenografía montada so pretexto de atraer turistas y “rescatar” una memoria histórica que nada tiene de colectiva ni de legítima, salvo por el puñado de nostálgicos que suspira por las supuestas glorias de un pasado que nunca existió. Triste, muy triste.

  • amador

    Sin embargo, al final de tu segundo parrafo querras decir “a lo largo del robo del siglo xx”?

  • clairvoyant

    Se las dan de muy cultos, y expertos en historia, y ahora lloran por una fuente, que ni es bonita, ni representa a Campeche, además siempre sucia. la reconstrucción y restauración de monumentos históricos es común en todas partes del mundo, el centro histórico de Campeche, siempre será más atractivo y bonito si se intenta recrear la época colonial, mantener la fuente del progreso, el horrible congreso, y el no menos feo palacio estatal, eso si es un absurdo, son obras de hace muy poco tiempo sin mucho valor histórico, construidos con materiales y tecnología moderna que no aportan mucho.