Vladimir de la Torre
Golpe de Timón
Vladimir de la Torre Morín
Lic. en Filosofía y Letras y Master en Comunicación Social por la Universidad de la Habana, Periodista de la Agencia Prensa Latina. Colaborador de diarios de Nicaragua, El Salvador, Chile y Argentina. Investigador para UNICEF en España, Jamaica, Inglaterra, Emiratos Arabes Unidos, Italia, y Qatar. Productor y conductor Televisión.
@‏delatorremorin

Ningún campechano

Voces, Miércoles 5 septiembre, 2012 a las 10:08 am

EX GOBERNADORES. Cuando este martes el presidente electo, En­rique Peña Nieto, presentó en el hotel Hyatt de Polanco a su equipo de transición, las expectativas sobre si estaría algún campechano se desvanecieron. Incluso después de 12 largos años de administración panista, más de 40 ex gobernadores del PRI de todo el país siguen esperando que suene su teléfono. Hace unas semanas, un ex goberna­dor campechano comentó: “Estos muchachos se quieren comer todo, están muy cerrados y quieren hacerlo solos y están pasando por alto la experiencia que tenemos”. Uno solo está incluido en el numeroso equipo de transición, el ex gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Oso­rio Chang. El equipo está formado por 40 integrantes, de los cuales 28 son licenciados, cinco maestros, seis doctores, dos contadores y tres ingenieros. No hizo ningún nombramiento en el rubro de Cultura.

LA PENÍNSULA. Durante el nombramiento del equipo, en los que hay representantes de ocho estados del país, la Península quedó re­presentada por dos. Pasando por los aires en territorio campechano, la pelota picó por primera vez en la Península en Yucatán. Incluyó en su equipo de transición al abogado yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín como vicecoordinador de Seguridad y Justicia, quién se desempeñaba como vicecoordinador de la campaña electoral del mexiquense. Dos veces diputado local plurinominal, otras dos veces diputado federal plurinominal, y representante de su estado en el Distrito Federal en la administración de Ivonne Ortega Pacheco.

La pelota volvió a picar en Quintana Roo, el sobrino del presidente na­cional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, tendrá la responsabilidad del área de Turismo en el nuevo equipo. Carlos Joaquín González se desempeñó durante la pasada Legislatura Federal como diputado-presidente de la Comisión de Turismo de la Cámara baja. Antes, fue secretario estatal de Turismo durante una parte del gobierno de Félix González Canto y antes fue presidente municipal de Solidaridad.

Este nombramiento puede convertirse una piedra en el zapato del go­bernador, Roberto Borge. Carlos Joaquín en dos ocasiones ha sido bloquea­do por el grupo político del mandatario de Quintana Roo, primero cortó su cabeza en las aspiraciones a la gubernatura, y este año bloqueó sus aspi­raciones para buscar el Senado de la República. A solo días de terminar su diputación federal aparece junto a Enrique Peña Nieto. El Estado de México es el que más representantes tiene en el equipo de transición, seguido por el Distrito Federal y Tamaulipas que colgó a tres funcionarios en la nueva estructura provisional.

CAMPECHE. Ha sido la administración de Felipe Calderón, y por mediación de Juan Camilo Mouriño, en la que más campechanos fue­ron colocados en cargos federales de diferentes niveles. En la primera parte del sexenio, y durante la administración de Jorge Carlos Hurtado, las fuerzas políticas en Campeche estaban divididas entre los que go­bernaban la entidad y los que estaban en el Distrito Federal. Familias, amigos, priistas y panistas formaron una amalgama que en percepción formaron otro grupo de poder. En lo que se avecina, no se vislumbra a ningún campechano que pueda quedar cerca de los nuevos grupos

de poder que decidirán en el país. ¿Quiénes ganan con esta ausencia de campechanos en la administra­ción federal? En primer lugar, el gobernador del estado, Fernando Ortega. Segundo, quien ocupe la Secretaría de Gobierno para la se­gunda parte del sexenio; y tercero, los seis diputados federales y cua­tro senadores de Campeche que no tienen a nadie que pueda hacerles sobras desde cargos federales de primer nivel. Los políticos locales no tendrán competencia. Desde el barco presidencial que tocará tie­rra el 1 de diciembre no hay, hasta ahora, campechanos a la vista.

MENSAJES. Cuando Peña Nieto en su discurso habla de un México moderno, lo traduce en las nue­vas generaciones. Con un solo ex gobernador en el equipo de tran­sición, reduce, al parecer, la opor­tunidad de todos a trabajar desde las oficinas del PRI y no desde la administración. Tampoco dejó es­pacios para ellos en la Cámara de diputados, ni en el Senado de la República. En lo local, todo indi­ca que la Secretaría de Gobierno podrá controlar al Congreso local, los 11 municipios ganados por el PRI, el gabinete estatal, y las más de 70 delegaciones federales con sede en Campeche. El gobernador Ortega Bernés seguirá siendo, sin sombras, la máxima autoridad pa­ra mover sus cartas en el estado, y ante el resto del país.

¿Podría Peña Nieto pedir a Ortega Bernés que lo acompañe en la admi­nistración federal? Nada indica que así pueda ocurrir, al menos no antes del 2015. ¿De hacerle la propuesta el gobernador aceptaría antes de termi­nar su sexenio? Asumiría que no.

EL CUENTO

La prometida de un político campe­chano le pidió:

-“El anillo que me regalaste es muy bonito, pero mejor dame otro más sencillo, que no sea tan caro”.

-Y agrega.

-”Que sea más o menos de 70 mil”.

-¡Plop!