-Lero, lero, reportero, jajaja. ¡Te falló el pronóstico! Nadie más salió a decir esta boca es mía. ¿No que veías una especie de estampida de aspirantes a candidatos?
-Búrlate hoy, amigo. Ya verás que tengo razón.
-¿Me dejas hacerla de analista hoy?
-¿Cuándo se te ha impedido? Dale…
-Habemos quienes creemos que a la que frenaron fue a Ana Martha. Le restringieron el presupuesto, no le dieron lo que necesita para hacer mejor las cosas. Sin embargo, Pozos salió a decir que sí va y, me imagino que midió que tendrá sobre la espalda a partir de ahora muchas soluciones porque lo que el gobierno no resuelva se lo van a llevar a él y si él tampoco resuelve, pues mira que será complicado.
-Te escucho, Manuel, con atención.
-Al otro aspirante no lo pueden parar. Ese va solo y sin pedir permiso, por eso es importante contrapuntearlo y ponerle a alguien enfrente que le haga contrapeso. La verdad es que aún así, este juego no es sólo de tres porque el apoyo que Ana no reciba aquí ella puede conseguirlo si afina su relación con el presidente y saca provecho de sus relaciones con varios secretarios. Eso la fortalecería en el Centro además de que por ser joven y mujer, pues tiene abierta una puerta grande por el concepto de género.
-Vas bien, Manolo. Parece que has abierto mucho los ojos…
-Sin embargo, no sólo hay esos tres jugadores, periodista. Tú lo has comentado, Renato está callado y trabajando para el presidente en una posición muy sensible que no sólo resuelve temas políticos sino operativos. Él opera todas las delegaciones, además de su experiencia, prestigio y demás que hemos platicado. Y, como siempre dices, él no es parte de la oligarquía campechana, a su papá le quitaron la gubernatura para dársela a Abelardo Carrillo y ese punto es como una deuda del PRI con su familia.
-Empiezas a ver un poco más allá, Manuel.
-Para otros, tampoco hay que hacer a un lado a Oznerol Pacheco. Él representa los intereses del docenato, es hijo favorito, y desde Sedesol no puedes perderlo de vista. Ya ves que fue alcalde sin que se esperara su nominación. Está en la línea.
-Bien, estás entendiendo que hay más de los que todos ven. -Ya comentamos que los dos amigos del presidente son Aracely Escalante y Oscar Rodríguez y, por lo tanto no son descartables, aunque muchos les vean pocas posibilidades, pues ella es su colaboradora cercana y el Chelo no sólo es amigo del presidente sino de casi todo el gabinete y tiene una fortaleza que muchos menosprecian porque Oscar es muy calmado.
-No estás dejando títere con cabeza, papacito.
-Está Edgar Hernández, cuya discreción y labor en el Congreso tiene lo suyo. Operó bien la validación de la reforma, en tiempo récord y sin aspavientos; y Miguel Sulub, al que le deben su sacrificio en la elección pasada y su perfil lo coloca como un socialmente merecedor de una buena oportunidad.
-¿Te falta alguien más?
-Claro, cierro con el hombre de confianza del gobernador. Ha sido un secretario de Gobierno eficiente, resuelve sin muchos aspavientos, mantiene un bajo perfil, pero opera todo en el estado y tiene una red de funcionarios que le dan el pulso de lo que sucede. Nadie en su sano juicio puede dejar de verlo porque vaya que será jugador.
-¿Será? Es, Manuel. A reserva de que se te quede alguno en el tintero, habrás leído que Pozos se desmarca de Fernando Ortega y dice que él no es su candidato y cuando lo hace tiene razón: siempre muere primero el candidato oficial, pero tampoco se trata de ser el antagonista porque entonces sale el tercero en discordia que, como bien dices, son varios y fuertes.
-Entonces, ¿voy bien?
-No sólo vas bien, sino que tienes claras muchas cosas. Espero que la más clara sea que Ortega le dijo a todos en una junta que él no definirá candidato y que eso sólo corresponderá al Presidente. A los priistas no les gusta la democracia en eso de sus “tapados”, prefieren el “dedazo” presidencial y todos lo acatan como norma máxima. Defectos de origen, se le llama. Pero si bien Ortega no define, sí puede influir, sí puede darle a uno o a otro cancha, recursos, influencia, gestiones para hacer crecer al que más le guste, al que más le convenga o al que menos riesgo le represente y créeme que lo van a escuchar, pero no sé si más a él o a Osorio, Meade, Videgaray o a Nuño, pero la decisión sólo será de uno y lo hará según le plazca y como se levante esa mañana.
Mientras, lo que no hagan ahora, no lo hicieron nunca. Así que esperemos, sólo eso nos corresponde: esperar, ver y si nos gusta o no, apoyamos o no, pero mientras: tranquilo, Manuel, tranquilo.