El consumo de las drogas es un problema de carácter social, como el tabaco, el alcohol o la prostitución, que siempre han estado y seguirán presentes en la sociedad. Los Estados han encontrado soluciones, medianamente aceptables, para administrar la realidad de la prostitución y el consumo de las drogas legales del tabaco y el alcohol y ahora toca hacerlo con las drogas ilegales.
La estrategia prohibicionista y punitiva contra el consumo de las drogas, que inicia en la década de los setenta a impulso del presidente Richard Nixon, ha fracasado. Le evidencia señala que en los últimos cuarenta años no se ha reducido el consumo, la corrupción, el poder de los narcotraficantes y la violencia y sí hay pruebas de que estos problemas han aumentado.
La experiencia, aunque escasa, y la investigación muestran que es falsa la afirmación que la legalización trae consigo el aumento de la demanda. Todo indica que más bien sucede lo contario como ocurrió en Holanda. Es necesario innovar y caminar por nuevas rutas. Si se sigue haciendo lo mismo sólo se obtendrán los actuales resultados.
La legalización de las drogas debe ser un proceso gradual que inicie con la marihuana: Representa el 70 por ciento de todas las drogas que se consumen en los países y se ofrece riegos menores para la salud. ¿Cuáles serían los beneficios de la legalización de la producción, comercialización y consumo de las drogas? Entre otros:
• Poner fin al mercado ilegal que reduciría la corrupción y la violencia que le están asociadas.
• Reducir la ganancia del crimen organizado y con ello su capacidad de maniobra.
• Los gobiernos dejan de gastar las enormes cantidades que hoy destina a la lucha contra el narcotráfico.
• Los gobiernos controlan el mercado y establecen las normas para realizar la actividad.
• Los gobiernos fácilmente dan seguimiento a los grupos que venden y a sus cuentas e inversiones.
• Los gobiernos reciben impuestos generados por la venta legal de las drogas, que son más altos que los del tabaco y alcohol.
• Se rompe el círculo perverso entre la venta de las drogas y los fabricantes de armas. Son éstas y no las drogas las que matan.
• Se reducen los problemas de salud asociados al consumo ilegal y evitan los problemas sociales aparejados (prostitución, robos…)
• Los gobiernos y la sociedad tienen mayor margen de maniobra, para impulsar campañas educativas y de prevención.
• El tema de las drogas desaparece de la agenda de la relación con Estados Unidos.
La legalización seguiría la regulación del mercado de las drogas legales del tabaco y el alcohol. Las preguntas son muchas: ¿Quién controla los mercados ilegales podrán transitar a empresarios legales? ¿Las grandes corporaciones del tabaco o del alcohol se harían las dueñas del negocio? ¿Los “dueños” del mercado serán remplazados por una nueva generación de empresarios especializados?
El consumo de las drogas es un problema de carácter
social, como el tabaco, el alcohol o la prostitución, que
siempre han estado y seguirán presentes en la sociedad.
Los Estados han encontrado soluciones, medianamente
aceptables, para administrar la realidad de la prostitución
y el consumo de las drogas legales del tabaco y
el alcohol y ahora toca hacerlo con las drogas ilegales.
La estrategia prohibicionista y punitiva contra el
consumo de las drogas, que inicia en la década de los
setenta a impulso del presidente Richard Nixon, ha
fracasado. Le evidencia señala que en los últimos cuarenta
años no se ha reducido el consumo, la corrupción,
el poder de los narcotraficantes y la violencia y sí hay
pruebas de que estos problemas han aumentado.
La experiencia, aunque escasa, y la investigación
muestran que es falsa la afirmación que la legalización
trae consigo el aumento de la demanda. Todo indica
que más bien sucede lo contario como ocurrió en Holanda.
Es necesario innovar y caminar por nuevas rutas.
Si se sigue haciendo lo mismo sólo se obtendrán los
actuales resultados.
La legalización de las drogas debe ser un proceso
gradual que inicie con la marihuana: Representa el 70
por ciento de todas las drogas que se consumen en los
países y se ofrece riegos menores para la salud. ¿Cuáles
serían los beneficios de la legalización de la producción,
comercialización y consumo de las drogas? Entre otros:
• Poner fin al mercado ilegal que reduciría la corrupción
y la violencia que le están asociadas.
• Reducir la ganancia del crimen organizado y con ello
su capacidad de maniobra.
• Los gobiernos dejan de gastar las enormes cantidades
que hoy destina a la lucha contra el narcotráfico.
• Los gobiernos controlan el mercado y establecen las
normas para realizar la actividad.
• Los gobiernos fácilmente dan seguimiento a los grupos
que venden y a sus cuentas e inversiones.
• Los gobiernos reciben impuestos generados por la
venta legal de las drogas, que son más altos que los del
tabaco y alcohol.
• Se rompe el círculo perverso entre la venta de las drogas
y los fabricantes de armas. Son éstas y no las drogas
las que matan.
• Se reducen los problemas de salud asociados al consumo
ilegal y evitan los problemas sociales aparejados
(prostitución, robos…)
• Los gobiernos y la sociedad tienen mayor margen de
maniobra, para impulsar campañas educativas y de prevención.
• El tema de las drogas desaparece de la agenda de la
relación con Estados Unidos.
La legalización seguiría la regulación del mercado de
las drogas legales del tabaco y el alcohol. Las preguntas
son muchas: ¿Quién controla los mercados ilegales
podrán transitar a empresarios legales? ¿Las grandes
corporaciones del tabaco o del alcohol se harían las
dueñas del negocio? ¿Los “dueños” del mercado serán
remplazados por una nueva generación de empresarios
especializados?
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Escenarios (4)
-Ayyy, periodista, mal y de malas para tí, ¿eh? Ahora resulta que publicas una encuesta y se quejan ante la...
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Por y para
Estoy seguro que las tres personas que me leen (saludos mamá) se habrán dado cuenta de que siempre estoy alabando...