Caminaron por colonias, entregaron bolsas, calcomanías, lápices, delantales y otros productos varios. Prometieron calles en buen estado, limpias, iluminadas; prometieron que serían los portadores de su voz; prometieron su trabajo, mejorar nuestro nivel de vida; prometieron su entrega e incluso lo hicieron hasta con lo que no les tocaba prometer.
Caminaron con sonrisas, con las manos extendidas, besaron bebés, abrazaron ancianos, se tomaron miles de fotos en un posar abierto, protector, comprometido.
Obtuvieron su puesto de elección popular y ahora sentados en la comodidad de su silla maquinan y planean para la siguiente elección, hacen alianzas, se codean con quienes tienen promisorios futuros, organizan cenas en apoyo a “proyectos políticos”.
Pasan a tribuna, mal leen una iniciativa y se sientan. ¿La leyeron antes? ¿Saben de qué se trata? O acaso solo la leen porque su facción parlamentaria así dijo que se hiciera. ¿A quién se deben? ¿Al pueblo que votó por ellos o al partido que los puso como candidatos?
Ser legislador es un trabajo arduo. Asistir a eventos, dejarse ver, tomarse fotos y subirlas a sus cuentas de twitter. Pareciera que el trabajo de formular y corregir leyes pasa a segundo plano, primero es la grilla.
Escuchamos que algunos se levantan, gritan y hasta porras hacen, otros se paran y se van mientras unos hablan. El partido o “ideología” vence al bien de la mayoría y a lo que se supone es prioridad.
Cierto, revisan y aprueban presupuestos pero, ¿formulan los candados para vigilar la correcta aplicación? Existen comercializadoras de nombre y aún así están dentro del padrón, hay una compra descarada de facturas, compra de insumos a precios alzados, una nómina burócrata inflada a punto de reventar y la Contraloría no tiene dientes, no tiene independencia y aparecen molinos por doquier y todos jalan agua para el suyo. El pozo está cada día mas seco.
Caminan de regreso por sus colonias, saludan, abrazan, besan bebés, se toman fotos para twitter y ya está, ya caminaron sus colonias, escucharon sus problemas, asintieron con la cabeza y dijeron “yo lo veo”, “lo vemos”, “voy a hablar con fulanito”, “yo me encargo” y listo, atendieron a sus votantes, siguen caminando mientras posan para fotos con una amplia sonrisa en los labios y en sus cuentas de twitter aparece “les comparto la foto con amigos de la colonia panconlomismo”.
Estimados amigos legisladores, son un poder autónomo, son la voz del pueblo y a ellos se deben, sentados en una curul no son miembros de un partido ni amigos de fulanito o menganito. Son los que deben de hacer las leyes que sirvan a la mayoría, deben de hacerlo conscientemente. Olviden colgarse la medallita o de pararse el cuello, están trabajando para su gente y eso debería ser suficiente honor.
Ya basta de show, de grilla, de compromisos a puerta cerrada. Arremanguen y trabajen para su gente.
El hombre que no respeta su palabra no respeta nada y eso es lo que estamos pidiendo, respeto a la palabra dada, respeto a quienes votaron y a quienes juraron servir.
Cállenme la boca, restriéguenme en la cara mis palabras, díganme “lo ves, ahí están los resultados”; “ahí están las bases de nuestro crecimiento”; “ahí tienes las leyes que harán nuestra sociedad justa, equitativa, solidaria”.
Háganlo, demuéstrenme que estoy equivocado y que ustedes pueden anteponer su obligación y el interés como representantes del pueblo antes, que los suyos propios. Demuestren que su trabajo es lo que los define y entonces al caminar por sus colonias, saldremos nosotros ciudadanos a caminar con ustedes, a tomarles fotos, a sonreír, a abrazarlos y orgullosamente diremos “ese de ahí, habla por mí”.
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