Raúl Sales Heredia Heredia
Palabras Altisonantes
Raúl Sales Heredia
Tiene una formación como Contador Público, y se ha desempeñado en diversos campos que van desde la docencia, hasta la consultoría financiera, pasando en diversos momentos por el periodismo. Actualmenet es vicepresidentre de la Fundación Avanza y Presidente de COPARMEX Campeche.
@RSalesH

Omisiones

Notas, Viernes 14 diciembre, 2012 a las 11:56 am

Los que van a misa escuchan el mea culpa cuando recitan “Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes hermanos que he pecado de palabra, obra y omisión… por mi culpa, por mi gran culpa”.

En estos días, en los que tenemos la gran oportunidad histórica de estar en los ojos del mundo gracias al calendario maya, pudimos haber hecho de nuestro estado una visita no sólo obligada sino anhelada. A estas fechas, los hoteles deberían estarse frotando las manos por las reservaciones hechas con un año de anticipación; los secretarios y ministros de Turismo, debieron haberse llevado a sus respectivos países un cerro de programas de nuestra planeación, para el tan mentado “fin del mundo” o el positivo, del “renacer espiritual”. A estas alturas, no deberíamos estar luchando con Vivaaereobús para que mantuviera la conexión México-Campeche, sino que deberíamos estar programando nuevos arribos de charters.

Los hoteles estarían tan llenos, que posiblemente hubiéramos tenido que armar campamentos en medio de la selva donde aquellos “backpacker” que conocen el mundo a través de sus pies, pudieran descansar ante una fogata mientras comían manjares mayas, bebían crema de nance y esperaban ansiosos que la Ixtabay saliera de entre los árboles con su cabellera negra y su belleza maldita.

¿Santana? Santana debería ser uno de los tantos artistas que podrían haber venido a lo que pudimos haber hecho.

El dinero, siempre será el quid, pero y si se hubiera planeado con dos años de anticipación, quizá nos habría dado para pagar el 50% de anticipo del mega concierto en Edzná y la venta de boletos a todas partes del mundo podría haber sido una locura que hiciera  que no solo bajaran sus precios, sino que sintieran un enorme placer por participar en el “último concierto de esta era”.

Venir a recargarse de energía en la reserva más importante de México, sentir los rayos del sol en el rostro en lo alto de la pirámide de Calakmul; colas en los centros de limpia de los Xamanes Mayas; visitas de Spa con plantas de la región, limpieza de cuerpo y espíritu. Pudimos haber hecho una travesía entre la selva mientras veíamos fauna exótica; pudimos haber navegado entre ríos; nadar en cenotes; entrar en las profundidades de grutas misteriosas; pudimos bucear en Jaina; navegar en un mar tranquilo; fotografiar aves; comprar un libro de plantas medicinales mayas con una bolsita de semillas e instrucciones de cómo sembrarlas; pudimos enseñar maya y vender souvenirs hechos por nuestros artesanos; pudimos saludar a la tierra donde se pone KIN, a los cuatro vientos y purificarnos antes del cambio del nuevo sol.

Pudimos haberles dado a los cientos de visitantes una inmersión en nuestra cultura maya, en nuestra riqueza colonial. Pudimos haberles demostrado al mundo en su totalidad porqué “Campechano” es un adjetivo positivo.

El hubiera no existe.

La oportunidad se fue y ahora tendremos que esperar otros 5000 años para volver a estar en la psique del planeta. No, esperen, el calendario ya terminó, ya valió, ya no hay vuelta atrás.

Ahora, sólo queda que los que debieron acrecentar el turismo y fomentar la cultura Maya repitan “Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes Campechanos que he pecado mucho por palabra, obra y OMISIÓN… Es mi culpa y la debo aceptar”.

Ahora sólo nos queda en lugar de ser uno de los centros de captación de los miles de turistas “apocalípticos”, rogar por la posibilidad de que al venir se enamoren de lo que tenemos aunque no les ofrezcamos nada especial en una de las fechas más significativas de nuestra cultura maya.