La reforma educativa fue aprobada hace dos días y aquí, incluso antes de que la aprobaran, ya se habían metido amparos en contra. Casi todos los problemas que se presentan en nuestro país tienen como base una educación deficiente de nuestra sociedad. Urgía, era necesaria, y no obstante, aquellos que deberían estar aplaudiendo pues es parte de lo que los define como seres humanos, aquellos que son la segunda figura de autoridad y modelo a seguir, aquellos a quienes le encargamos la instrucción de nuestros hijos… se oponen.
Los maestros sindicalizados (con sus excepciones) no quieren que les toquen sus “derechos”, prefieren que nuestros niños tengan una pésima educación antes que someterse a una evaluación.
Imaginemos por un momento una clase de primaria donde el maestro pone una evaluación de español. “Niños saquen su lápiz, pongan nombre y fecha. Tienen 2 hrs”. Uno de los chilpayates se levanta y recoge sus cosas y presto a partir se voltea hacia su maestro “lo siento profesor, estoy amparado contra cualquier evaluación porque atenta contra mi derecho de permanecer en la escuela”.
Extrañamente, este niño no supo cuánto sabía de español y cuánto necesitaba aprender. Hoy escribe cartas de amor que empiezan “kerida hamiga: e penzado hen lo ke me digistes i no hentiendo x k no podemos avlar…”
Una evaluación debe ser para obtener los datos de nuestras oportunidades de mejora. Y aquellos que deberían saberlo, le tienen miedo a ser evaluados. Así que, a hacer plantones para exigir un trato “justo” así signifique dejar a miles de niños sin clase. Hey, son más importantes los beneficios personales que la instrucción de un país.
Maestros. Yo creo que si escogieron esa profesión es por vocación y trabajo que se ama, no es trabajo.
Mientras, en otro universo sindical, los trabajadores del Ayuntamiento, sabiendo como está la situación del mismo, ¡zas! De nuevo, paro. Ojalá y los dejaran parados para que entendieran la bendición que es tener un trabajo y lo digno que es trabajar. ¿O acaso quieren 200 horas extras adicionales, pagadas y no trabajadas?
Sr. Bonilla está bien que pida un aumento del 10% pero, ¿se lo merecen?
Amigo sindicalizado: ¿sabes cuánto ganan tus líderes? ¿En qué se usan tus cuotas? ¿Por qué unos reciben más que otros? ¿Te sientes orgulloso de tu sindicato y sus “conquistas sindicales? Espero que lo sepas.
Un sindicato debería promover a sus sindicalizados, darles cursos, capacitación, prepararlos para ser mejores, para que el patrón necesite al sindicato y no como es actualmente, tolere al sindicato.
El trabajador sindicalizado debería ser el mejor entre los mejores, pues es un experto. Debería poder negociar con base en su capacidad y no con base en la amenaza.
El patrón debería buscar al sindicato porque requiere gente capaz, preparada y sobretodo, confiable. Hoy, lamentablemente, no es así.
Y a los líderes sindicales que utilizan la frase de: “esas son cuestiones internas del sindicato”. Perdonen, pero si están en la calle y si atentan contra el derecho de los demás, es cuestión de todos.
No me cansaré de repetir que un sindicato debería ser el motor de un país, no su lastre. Es hora de que actuemos responsablemente en el entendido de que si a mi patrón, vecino, amigo, no tan amigo, paisano les va bien, a mi también me irá.
Amigo sindicalizado: esto no es cuestión de líderes, es cuestión de lo que tú como trabajador experto debes realizar. Porque disculpen esto, pero estar sin trabajar, cualquiera lo hace.
Amigo sindicalizado: si quieres al sindicato que perteneces, hazlo digno. No por tus amigos o familia, no por los líderes, no por mí, por los gobernantes, o sociedad. Hazlo digno por ti.
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