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Golpe de Timón
Vladimir De la Torre
Licenciado en Filosofía y Letras, y master en Comunicación Social por la Universidad de La Habana. Periodista de la Agencia Prensa Latina. Colaborador de diarios de Nicaragua, El Salvador, Chile y Argentina. Investigador para Unicef en España, Jamaica, Inglaterra, Emiratos Árabes Unidos, Italia, y Qatar. Productor y conductor de Telesur.
@delatorremorin

Los cuervos del Camino Real

Voces, Miércoles 3 septiembre, 2014 a las 2:52 pm

Don Álvaro de Luna, quien fuera uno de los hombres más influyentes de la España del siglo XV y del rey Juan II , se fue de cacería a las afuera de Castilla y se topó con un pobre hombre hambriento que en lugar de sus ojos presentaba dos cicatrices que desfiguraban su rostro. Impresionado, Don Álvaro le preguntó sobre la causa de las heridas. El campesino le respondió lo siguiente: “Tres años había criado yo un cuervo que había recogido pequeñito y enfermo en el monte; y le traté con cariño. Un día mientras le daba de comer saltó a mi rostro y de un par de picotazos me arrancó los ojos”.

Álvaro, mirando al hombre, se dirigió a sus compañeros de caza y sentenció: “Criad cuervos y luego os sacarán los ojos”.

Hace unos días un alto funcionario de gobierno estatal dijo: “Mejor los hubiese ganado el PAN” ¿A que se refería? A los ayuntamientos de Candelaria, Hopelchén y Hecelchakán. Sus alcaldes, Candelario Salomón, Alonso Pacheco y Fernando Nahum Sleme, hoy son vistos como los “cuervos” desobedientes del PRI. El llamado a que no hagan proselitismop político a favor de ningún precandidato de su partido lo pasan por alto con bastante entusiasmo.

En la elección del 2012, al menos cuatro de los 11 candidatos de la caravana priista ganaron en situaciones bastante confusas, polémicas y cuestionables, en medio de un Programa se Resultados Preliminares que dejó funcionar dos horas después de iniciar oficialmente sus operaciones.

Horas más tarde al menos en esos cuatro ayuntamientos los resultados quedaron así: el candidato del PRI en Hecelchakán, Fernando Nahum Sleme ganó a la candidata del PAN, María Elvira Che Chi, por 12 votos; Candelario Salomón habría ganado la alcaldía por 60 votos al panista Roberth René Mendez; en Calakmul, el priista Baltazar Gonzalez obtuvo el triunfo por 64 votos; y en Palizada, Raúl del Rivero se impuso al panista Javier Ayala por 49 votos.

Son los rescatados del PRI, pero al menos dos de ellos, ya en el poder, creyeron que no deben nada y han rebasado las reglas del ejercicio del poder. Aunque fueron los salvados para completar un ejército de diputados, alcaldes y diputados federales, todos del PRI. El priismo estatal se vanagloriaba a nivel nacional como el único estado en el 2012 en el que el PRI había ganado todas las contiendas.

Si algunos alcaldes están de “majaderos”, a los que se unen los de Champotón, José Luis Arjona, y de Escárcega,  Fernando Caballero, no es su culpa. Ellos en todo caso han sido congruentes, desde su campaña, estos y al menos otros dos, han dejado clara su preferencia política en la contienda interna por algunos de los precandidatos. En política todo tiene un precio, ahora ellos son observados el doble y perdonados la mitad, pero se sienten a gusto y satisfechos de desafiar al régimen que los postuló y los hizo ganar.

Los alcaldes desobedientes están provocando al interior del PRI rompimientos y algunos en la cúpula del poder se reparten culpas, y sobre este principio razón tendría Luis XV, “cada vez que se da una oportunidad, surgen cien descontentos y un ingrato”. Si hay algunos ciegos por los picotazos de los cuervos, sin duda lo tienen merecido, no hubiesen movido cielo, tierra y urnas para hacerlos ganar.

“Se salió de control”, dijo uno de los organizadores de la polémica fiesta del cumpleaños del alcalde de Hecelchakán, donde estaban los alcaldes de Champotón, Candelaria, Hopelchén y Escárcega.

¿Cómo no se saldría de control una fiesta dónde anuncian cerveza, tacos y corridas de toro en una zona de la entidad donde más de la mitad de la población vive del salario mínimo?

Hay soberbia e impunidad, hay soberbia, impunidad y falta de madurez política cuando se lucra con la pobreza ajena, cuando se exhibe a los demás lo que la mayoría no tiene.

“Yo no sabía que sería un evento tan grande, porque no hubiese asistido”, dijo uno de los alcaldes a un amigo cuando lo cuestionó sobre su asistencia. Pero tampoco se fue, allí se quedó formando parte de un circo bien montado con tinte electoral disfrazado con “Las Mañanitas”.

Aún así ellos son los que administran cuatro municipios donde viven 200 mil campechanos. Todos pusieron, todos colaboraron, todos “donaron” un poco para el Chiripazo.

Cuando el fin es lícito, no necesariamente lo son los medios.

Nunca será tarde para poner orden, en tanto se esté a tiempo de que otros más no se conviertan en cuervos.