“Ya subió el dólar”… ¿Y a ti, en qué te afecta?

¿Te ha tocado ir al súper y escuchar a alguién que diga “está carísimo el limón”?

Digo, porque si hay algunas veces que está muy caro, pero otras veces no tanto. Bueno, al igual que el limón, el aguacate y el huevo; el dólar es una mercancía que se compra y se vende en el mercado.

Así como lo lees, las monedas también son mercancías que se compran y sirven para poder intercambiar bienes. La única diferencia es, que el mercado en el que lo compras se llama mercado cambiario.  Es por eso que, al igual que el limón, cuando este es escaso, sube de precio. En cambio cuando hay mucho, es más barato.

¿Cómo que el dólar es escaso?

Los dólares con los que se determina si hay escasez en el mercado, no solo son los que tú tienes ahorrados para el shopping de San Antonio. Más bien son los dólares que de manera global se mueven como grandes olas para ser invertidos en un país o en otro, y que cuando hay cambios importantes en la economía del mundo (conocidos como cambios macroeconómicos), hacen que estos dólares salgan de un país y vayan a parar a otro. Lo cual ocasiona cambios generales los precios de las divisas en el mundo.

Por ejemplo, en estos últimos meses han habido dos cambios macroeconómicos (de varios que actualmente han acontecido) que han tenido mucha repercusión en el tipo de cambio peso-dólar. Uno es que la economía de Estados Unidos después de estar un tanto  deprimida por algunos años ya se empezó a reactivar, y por lo tanto los grandes inversionistas quienes esperan repuntes en las tasas de interés en ese país, pues comenzaron a retornar su dinero de economías emergentes, de las cuales México no es excepción.

Otro cambio es la caída de los precios del petróleo, otro producto que ahora resulta “hay de más en el mercado” (efectivamente, hay una sobre producción mundial), y como en este país lo producimos, pues hay un pequeño problema: lo vendemos en dólares. Entonces como está barato, pues ahora recibimos menos billetes verdes.

¿Por qué los dólares flotan y por qué al peso no se les defiende “como un perro”?

Tal vez tu papá, tu abuelo, si no es que te tocó vivirlo, se acuerden de aquella frase politiquera de “defenderé al peso como un perro” (José López Portillo, presidente de 1976 a 1982) frase que caracterizó una de las épocas más complicadas de la historia del tipo de cambio peso-dólar, así como una de las tantas políticas cambiarias que México ha tenido a lo largo de la historia.

Eso ya quedó atrás hace muchos años, y ahora como ya platicamos el tipo de cambio actualmente se establece por la oferta y la demanda del dólar. A este régimen cambiario se le llama “de libre flotación” y es el que usamos desde hace poco más de 20 años.

¿Comprar o no comprar (dólares)?, he ahí el dilema.

Ahora bien, vayamos a lo más importante, hoy en día qué hacer. Bueno esto dependerá mucho de tus necesidades y de tus planes en corto y mediano plazo. Pero te puedo comentar lo siguiente:

• Yo compraría dólares en este momento solo si supiera que es muy urgente.

• Si tienes un viaje programado al extranjero en los siguientes meses y sí te da tranquilidad, empieza a poner atención al precio y sólo compra los dólares que sepas que vas a gastar en ese viaje. Aunque también tienes la opción de no andar paseando los billetes y con más seguridad con una tarjeta y liquidar el saldo cuando regreses a México al tipo de cambio que te de tu banco.

• Comprar dólares por “especular” y jugar a guardarlo para ganar dinero. Hace mucho tiempo que dejó de ser negocio.

• Si tienes contratados planes de ahorro o pólizas de seguro en dólares…ups! Pues a aguantarse y pagar

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¡Ah!… y recuerda, la lana viene y va, pero porque tú la dejas escapar.

¡Hasta la siguiente colaboración!