El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto arrancó con una estrategia de comunicación que dejó de lado el tema de la violencia y el crimen que había sido el central en el gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa. Los resultados se notaron de inmediato y éste disminuyó de manera notable en la cobertura de los medios de comunicación.
Para los analistas y la sociedad se hizo evidente que si el presidente se salía del tema éste dejaba de tener la importancia que adquiere para los medios, nacionales e internacionales, si es él quien se asume como el portavoz del tema a la manera que lo hizo a lo largo de su sexenio el presidente Calderón.
La estrategia funcionó muy bien los primeros doce meses del actual gobierno. El número de los asesinatos se redujo entre el 15 y el 30 por ciento, de acuerdo a la estadística que se vea, pero el tema salió de los medios y de la discusión de la calle en una proporción mucho mayor.
Al iniciar el 2014, el gobierno se mantiene en la estrategia y como parte de la misma el presidente sigue alejado del tema, pero a pesar de eso, en el mes de enero, la noticia central de los medios ha girado en torno a la violencia en el estado de Michoacán y el accionar de las autodefensas.
La temática ha sido retomada por la prensa internacional que también lo había dejado de lado en la medida que el presidente no daba “nota” sobre esa problemática y que sólo en contadas ocasiones algún funcionario del gobierno, el portavoz del tema, hizo alguna intervención. Es de notar que este mismo en los últimos meses ha desparecido.
Los medios por su cuenta, a partir de una realidad concreta, han dado al traste con la estrategia y el tema de la violencia y el crimen se ha impuesto. En ese marco ha habido declaraciones contradictorias entre funcionarios de alto nivel en torno a las autodefensas y mensajes que no van más allá del discurso políticamente correcto de que el problema se habrá de resolver.
Por el momento no está claro cuál va a ser el futuro de la cobertura del tema de la violencia y el crimen. En principio hay tres posibilidades: que el gobierno sea capaz de volver a reponer el éxito de su estrategia, que el gobierno cambie de estrategia o que los medios sean los que en el futuro impongan la agenda.
La problemática de Michoacán, que la que ha reventado la estrategia de comunicación de la presidencia, no se va a resolver en el corto plazo. El problema, que es grave y viene de tiempo atrás, requiere de años de trabajo que implica, entre otras cosas, la “limpieza” de la clase política en su conjunto y también de las policías.
Habrá que ver con cuidado cuál de las posibilidades anotadas se hace realidad. Un dato que juega a favor del gobierno es que el problema, tal como lo tratan los medios, se concentra por ahora sólo en Michoacán. La estrategia del presidente Calderón generó la percepción de que el problema de la violencia y el crimen estaban en todo el territorio nacional.